La rentabilidad y la permanencia de tu negocio en el mercado dependen de las buenas relaciones que logres establecer con clientes y proveedores. Sugerencias como la amabilidad, el cumplimiento de compromisos y la honestidad nunca salen sobrando porque son las bases para establecer relaciones de largo plazo en las que impere la confianza.
La idea general es que el cliente es lo más importante, pero no hay que hacer a un lado a los proveedores, de quienes depende la calidad de los productos y servicios que ofreces. Si tienes una buena relación con ellos, puedes negociar precios, plazos de pago, entregas urgentes, proyectos especiales y otras cosas. Por su parte, una buena relación con tus clientes asegura su fidelidad y, desde luego, su recomendación con otros posibles clientes para ti. Sin importar los avances tecnológicos y las nuevas tendencias en publicidad y mercadotecnia, nada habla mejor de tu negocio que un cliente satisfecho.
Además, cuando solicitas financiamiento o buscas integrarte a cadenas productivas globales, tendrás que pedir a tus clientes y proveedores que den referencias tuyas; es por tu conveniencia que sean las mejores. Ellos saben quién eres, conocen tu manera de operar tu negocio, son las columnas de tu reputación tanto personal como empresarial y pueden marcar la diferencia entre lograr tus objetivos o no.
Entonces, aprovecha todas las oportunidades que tengas para nutrir y fortalecer esas relaciones. Sabemos que andas de prisa y que tu tiempo es tan valioso como escaso, pero pronto verás que las pequeñas acciones darán excelentes frutos a largo plazo.
FECHA DE PUBLICACIÓN: 08/08/2024