FECHA DE PUBLICACIÓN: 29/10/2024

El dilema del financiamiento: crédito simple o crédito revolvente

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En el mundo del financiamiento empresarial, elegir entre un crédito simple y un crédito revolvente puede ser un desafío. Ambas opciones presentan ventajas y desventajas que pueden influir en la estabilidad financiera y el crecimiento de tu negocio.

Crédito simple: una opción a largo plazo

Es un tipo de préstamo a largo plazo destinado principalmente a inversiones significativas. Este crédito se otorga con un monto específico y se paga en cuotas fijas durante un periodo determinado.

El funcionamiento del crédito simple es relativamente sencillo:

1. Solicitud y aprobación: tu empresa solicita el crédito, presenta su proyecto y, tras la evaluación, se aprueba un monto específico.

2. Desembolso único: una vez aprobado, la institución realiza un desembolso único del monto total.

3. Pago en cuotas: tu empresa devuelve el préstamo en cuotas fijas que incluyen tanto capital como intereses.

El crédito simple tiene varias características que lo hacen atractivo para ciertos tipos de inversiones:

• Montos específicos: se otorga una cantidad fija que no puede ser reutilizada una vez pagada.

• Cuotas fijas: los pagos son iguales durante todo el plazo del préstamo, facilitando la planificación financiera. Estas cuotas fijas permiten una mejor previsión de los flujos de caja.

• Plazo determinado: el préstamo tiene una fecha de vencimiento establecida desde el inicio.

Crédito revolvente: flexibilidad accesible

Es una herramienta financiera que ofrece una línea de crédito disponible para ser utilizada en múltiples ocasiones. Puedes acceder a fondos según los necesites y realizar pagos parciales o totales, renovando automáticamente el monto disponible conforme abones los saldos. Sus ventajas son:

• Acceso continuo al capital: ideal para cubrir necesidades de capital de trabajo y manejar flujos de caja variables.

• Pagos ajustables: posibilidad de ajustar los pagos, según la disponibilidad financiera del negocio.

• Renovación automática: una vez pagado el saldo, la línea de crédito vuelve a estar disponible sin necesidad de tramitar un nuevo préstamo.

El crédito revolvente proporciona una solución ágil y adaptable si tu negocio requiere flexibilidad financiera constante, especialmente útil para gestionar gastos operativos y mantener el flujo de caja.

La diferencia entre crédito simple y revolvente radica en cómo se estructuran los pagos, las tasas de interés aplicadas y el nivel de riesgo financiero asociado. Considera que el crédito simple implica tasas más bajas y menos riesgo que el crédito revolvente.

Conocer estas diferencias es esencial para tomar una decisión informada sobre qué tipo de financiamiento es más adecuado para las necesidades específicas de tu empresa.

¿Cuál es la mejor opción para tu negocio? La elección entre un crédito simple y un crédito revolvente depende de las necesidades empresariales específicas y del propósito del financiamiento:

• Inversiones a largo plazo: si tu empresa necesita adquirir activos fijos, realizar una expansión significativa o emprender un proyecto de construcción, el crédito simple suele ser la opción más adecuada. Su estructura de pagos fijos facilita la planificación financiera a mediano y largo plazo.

• Capital de trabajo: para necesidades de liquidez a corto plazo, como cubrir nóminas, comprar inventarios o manejar gastos operativos fluctuantes, el crédito revolvente ofrece mayor flexibilidad. El acceso continuo a una línea de crédito puede ser vital para mantener operaciones fluidas.

El análisis del flujo de caja y la liquidez es fundamental antes de decidirte por uno u otro tipo de crédito. Considera los siguientes aspectos:

• Estabilidad del flujo de caja: las empresas con flujos de caja estables pueden beneficiarse del crédito simple, dado que los pagos mensuales son predecibles.

• Variabilidad en ingresos: los negocios con ingresos fluctuantes podrían encontrar útil el crédito revolvente. La posibilidad de realizar pagos parciales y reutilizar el saldo disponible proporciona una red de seguridad financiera.

Elegir correctamente entre un crédito simple y revolvente es crucial para la salud financiera de tu negocio. Si necesitas estabilidad y montos fijos, el crédito simple puede ser la mejor opción. En cambio, si valoras la flexibilidad y tienes necesidades fluctuantes de capital, el crédito revolvente puede ofrecerte mayores beneficios.

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