Muchos empresarios recurren a los créditos cuando se enfrentan a una emergencia. Sin duda, esta es una conducta natural que ayuda a resolver el problema y a mitigar sus posibles consecuencias. Sin embargo, lo más recomendable es tramitar una línea de financiamiento antes de que sea necesaria, para poder disponer de ella siempre que la empresa requiera liquidez.
Esto es visión estratégica y verdadera sabiduría empresarial. Con una línea de financiamiento activa, la operación de tu empresa nunca perderá continuidad sin importar la fecha de pago de tus clientes. Además podrás pagar a tus colaboradores y proveedores, invertir en programas de mejora continua y participar en nuevos negocios con total solidez financiera.
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