En el entorno mexicano de negocios, los grandes corporativos suelen financiarse con sus proveedores, es decir, las pequeñas y medianas empresas, en más de 65% de los casos. Dicho en otras palabras, las Pymes se ven obligadas a otorgar largos plazos de pago a sus clientes, sin recibir beneficio monetario alguno por ello, para poder integrarse a las cadenas productivas.
Estas son las reglas del juego: o le entras o quedas fuera. No obstante, tus fechas de pago son más inmediatas: nómina, proveedores, servicios, etcétera. Es así como enfrentas una peligrosa falta de liquidez que incluso puede significar el fracaso de tus negocios, como le ocurre a ocho de cada diez Pymes antes de cumplir cinco años de existencia.
Ante esta situación existen dos caminos:
Negociar plazos de pago más cortos con tus clientes y más largos con tus proveedores. Sin embargo, no muchos corporativos estarán dispuestos a modificar sus políticas de pago. Además, ¿cómo negociar plazos mayores en salarios o servicios básicos?
Buscar fuentes de financiamiento accesibles y a la medida de tus necesidades.
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