Esquemas como el nearshoring y los tratados comerciales internacionales que México ha firmado han facilitado su ascenso al noveno sitio en la lista de países que reciben inversión extranjera directa (IED) al cierre de 2023, por un total de 36 mil millones de dólares. En su mayor parte, esos capitales se han destinado al sector de fabricación de productos electrónicos de tecnología avanzada y de autopartes, según reporta El Economista.
La Secretaría de Economía señala que la cifra marca un máximo histórico que demuestra la confianza de los inversores foráneos en la estabilidad económica, las ventajas competitivas y el ambiente propicio de negocios en México, con 74% de reinversión de utilidades.
Los pronósticos sobre el comportamiento de la IED se mantienen en suspenso, a la espera de las iniciativas de la nueva presidencia y su gabinete respecto del comercio exterior. Sin embargo, el momento parece ser propicio para que las pequeñas y medianas empresas (Pymes) locales comiencen a integrarse a cadenas de valor con potencial de crecimiento, particularmente aquellas pertenecientes a los sectores de manufactura de equipo de trasporte, industrias de las bebidas y tabaco, metales, equipo de computación, industria química y aparatos eléctricos.
La formalización, la digitalización y el cumplimiento de normas internacionales de calidad son requisitos indispensables para tener participación en estas cadenas productivas. Es ahora cuando las Pymes deben alinearse con estos estándares y comenzar a buscar alianzas estratégicas para cumplir sus proyectos de crecimiento y expansión.
