La conformación de tus equipos de trabajo es un proceso dinámico que evoluciona de acuerdo con la etapa de desarrollo de tu negocio y de las necesidades que van presentándose. Cada persona es un universo individual que, como líder, tienes que conocer para obtener lo mejor de él y evitar el desperdicio de talento por no saber manejarlo.
Existen incontables clasificaciones de los seres humanos, pero una de las más importantes es la que define cómo utiliza y recarga su energía cada persona, lo que se traduce en atención, compromiso, responsabilidad y resultados. Se trata simplemente de identificar a los extrovertidos y los introvertidos, con el fin de brindarles el entorno laboral óptimo para su máximo desarrollo.
Los extrovertidos se recargan de energía al sociabilizar. ¡Mientras más, mejor! Saben ser el centro de atención, son persuasivos, expresivos, carismáticos y con facilidad para relacionarse, aunque su atención puede ser volátil. Su esquema de trabajo ideal es en equipo y disfrutan ejercer posiciones de poder. Procura estimularlos con frecuencia para evitar que se aburran y define con claridad sus objetivos para que no se dispersen.
Los introvertidos trabajan mejor a solas y pueden volverse obsesivos con su trabajo. Se agotan con rapidez del exceso de interacciones sociales y buscarán el aislamiento para volver a su centro. Son excelentes para escuchar, diseñar soluciones y enseñar. Respeta su soledad, aprecia su sensatez y valora sus resultados en privado.
Es recomendable desarrollar la sensibilidad de conocer a tus colaboradores para obtener lo mejor de cada uno. No todos pueden ser líderes y no todos pueden ser vendedores, pero todos pueden ser genios en su área, para beneficio propio y de tu empresa.
FECHA DE PUBLICACIÓN: 13/08/2024