Tu empresa es un ser vivo y, como tal, transita por distintas etapas de desarrollo hasta alcanzar la madurez. Comenzó con una idea que poco a poco adquirió la forma de una fuente discreta de ingresos, con una operación empírica y un capital humano reducido. A medida que su actividad aumenta, también lo hace su complejidad, su rentabilidad y su influencia en el mercado.
Llega un momento en que tu negocio debe dejar atrás la improvisación y dar el paso definitivo hacia la profesionalización; es decir, tiene que adquirir el carácter de una empresa formal, establecer procesos y procedimientos, implementar estrategias financieras y operativas y cumplir con determinados requerimientos para integrarse a las cadenas de valor que corresponden a su sector. Estas son las señales de que tu empresa es madura.
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FECHA DE PUBLICACIÓN: 29/09/2020