Si puedes decir esta frase en voz alta y con la mano en el corazón (o en cualquier otra parte de tu cuerpo que denote convencimiento), te felicito. Esto significa que tu flujo operativo es eficiente, que la rotación de tus inventarios es productiva, que los resultados revelan un crecimiento constante y que nunca te desvelas porque no sabes cómo pagarás la nómina o a tus acreedores. También significa que tu vida personal es plena y que tu tranquilidad te permite planear grandes cosas para tu empresa.
Piénsalo bien: ¿es así? Muy pocas pequeñas y medianas empresas mexicanas cumplirán dos años de vida. Si perteneces a este grupo crítico, lo primero que tienes que resolver es tu problema de liquidez. Sí, ya sé que las fuentes tradicionales de financiamiento no te funcionan, pero en www.disioperaciones.com está la respuesta que buscas. Muy pronto, cuando digas “yo tengo un negocio sólido”, será verdad (y tu zona de convencimiento brincará de gozo).
